El termino
multiculturalidad, en un principio surge con la finalidad de referirse a un
Estado nación democrático, cuyo pluralismo debía consistir en promover las
diferencias étnicas y culturales. En tal sentido en las décadas de 60 el
gobierno canadiense utiliza dicho termino con el propósito de crear una sola
nación, entre las tres entidades sociales de la federación. Posteriormente la
multiculturalidad es relacionada con las diferentes ciudadanías, lenguas e
inmigrantes los cuales eran segmentados en el territorio según su procedencia
aunque ellos no lo requirieran.
Otros términos que resultan
importantes estudiar para la mayor y mejor comprensión del tema son:
La identidad, la cual se
define como luna constelación de identificaciones particulares en instancias
culturales distintas.
La alteridad, que consiste
en la capacidad que posee cada individuo para reconocer al otro, no como
alguien que pueda ser utilizado con fines propios, sino en el valor de su
propio ser.
Finalmente la interculturalidad que no es más que la expresión de un
contacto entre culturas, o, como lo plantean algunos autores, el impacto de una
cultura considerada superior, activa, sobre otra más simple y pasiva.
Multiculturalidad:
Es un concepto relativamente nuevo
que no expresa que existan muchas culturas en el mundo ni tampoco que existan
muchas en convivencia en un solo país, sino que fue pensado para referirse a un
Estado nación democrático cuyo pluralismo debía consistir en promover
diferencias étnicas y culturales.Seguramente quien primero lo acuño fue el
gobierno canadiense para referirse a su nueva político de finales de los años
60. El gobierno se saco de la manga el termino “Multiculturalidad” para denotar
las tres entidades sociales de la federación, la anglófona, la francófona y las de los aborígenes
(indios, invits y mestizos) que serían etnias compartiendo conjuntamente una
única nación. Los francófonos se disgustaron del nuevo termino porque ellos no
veían tal cosa así, sino que veían que Canadá era un conjunto de naciones
diferentes, y que Québec, la suya, era otra mas y con derecho a constituir un
Estado aparte.
En la década de los 70
“Multiculturalidad” empezó a ser referencia de un estado de cosas relativo a
variadas ciudadanías segmentadas por territorio, lengua y hasta cierta peculiar
historia que se hallan en un Estado democrático donde hasta los inmigrantes se
les trata en segmentos según su procedencia aunque ellos no lo requieran. El
multiculturalismo afloro de inmediato en las aulas universitarias como asunto relativo
a unas minorías culturales cuyos derechos no se satisfacían. Estas supuestas
minorías fueron de inmediato ampliadas al colectivo de gays y lesbianas, mujeres y hasta discapacitados.
En lo que concierne a la
inmigración la pregunta que se hacen los multiculturalistas (y sigo aquí
escrupulosamente a Will Kymlicka, uno de los más conspicuos y editados) es así
deberíamos no permitir que los inmigrantes recreasen entre nosotros sus propias
culturas de origen. La respuesta que dan es que hacerlo así no sería ni
incoherente ni imposible y hasta que sugieren que los gobiernos podrían darles
territorios específicos a los inmigrantes, proporcionándoles recursos y para
que creasen su propio gobierno según la pauta cultural de su país de origen.
Incluso considera imaginable y hasta justo estimular que determinadas
poblaciones de inmigrantes se vengan a
nosotros en calidad de colonos y haya que redistribuir las fronteras y las
competencias políticas a fin de que se autogobiernen. Pero en un alarde de
realismo, los multiculturalistas ya ven que los inmigrantes no vienen a donde
nosotros a ejercer precisamente ese “derecho nacional” y por eso aceptan y la
integración social de los inmigrantes.
El proyecto multiculturalista
parte, pues, de que la integración del inmigrante debe ser fraguada como un
resumir étnico y de fortalecimiento de la identidad étnica.
Lo
que no es multiculturalidad según Alain Touraine.
Alain Touraine, en falsos
“multiculturalismo” sostiene que estamos obligados a realizar esfuerzos
reflexivos e investigativos para decantar el sentido profundo de lo
multicultural.
Siguiendo las huellas de
reflexiones recientes de autores europeos e hispanoparlante, tal vez los
posibles hilos conductores para acercarnos al concepto de multiculturalidad
son:
a.- Hay una frontera que no se
puede franquear en la condición multicultural: la que separa el reconocimiento
del otro de la obsesión por mi propia identidad, la apertura a la alteridad es
un requisito de la multiculturalidad.
b.- Quien no es capaz de reconocer
a cada cultura sus valores y pretensiones de universalidad. No está preparado
para asumir la multiculturalidad.
c.- El multiculturalismo sólo tiene
sentido como la combinación, en un territorio dado con una relativa unidad
social, de una pluralidad de culturas que mantienen permanentes intercambios y
comunicaciones en actores que utilizan diferentes sentidos de la vida. La
coexistencia de culturas no expresa necesariamente la condición multicultural.
d.- La experiencia multicultural
está modificando radicalmente nociones centrales como igualdad humana abierto a
las diferencias y una noción de libertad no reducida a la simple autonomía del
individuo, sino como necesidades de reconocimiento al interior de las
comunidades y de sus tradiciones concretas. La igualdad abierta a las
diferencias presupone la aceptación de la igualdad de valor de las diferentes
culturas y el abandono de nociones como culturas “superiores”, “avanzadas”,
“primitivas” o “subdesarrolladas”.
e.- Al convertirse las sociedades y
los individuos en expresiones multiculturales se plantea ahora como exigencia,
no simplemente la preservación cultural, sino el urgente reclamo del
reconocimiento universal de la equipación de las diversas culturas.
Identidad:
Las
identidades a través de un proceso de individualización por los propios actores
para los que son fuentes de sentido y aunque se pueden originar en las
instituciones dominantes, sólo lo son si los actores sociales las interiorizan
y sobre esto último construyen su sentido.
La dialéctica interno – externo de
la identificación es el proceso por medio del cual todas las identidades
(individuales y colectivas) se constituyen.
Por otra parte la identidad social
nunca es unilateral, necesita de la interacción. En este sentido, tanto las
identidades sociales individuales sociales individuales como colectivas pueden
ser comprendidas utilizando un modelo dialéctico procesual, externo e interno
mediante dimensiones simultáneas ocurridas durante la práctica social,
denominada “momentos de identificación”, garantizando al individuo actuar
autónomamente en u marco de referencia universalista, y hacer uso de su
autonomía para desarrollarse en su subjetividad y particularidad.
Cuando se profundiza en la
identidad; la cuestión de la cultura está presente, si bien no se puede
confundir una con otra; mientras la cultura deriva en gran parte de procesos
inconscientes, la identidad se basa en una norma de pertenencia, necesariamente
consciente, fundada sobre oposiciones simbólicas. Esta a su vez aparece como una
modalidad de categorización de la distinción “nosotros/ellos”, fundada sobre la
diferencia cultural, seguido de concepciones “objetivistas” y subjetivistas”.
La “objetivista”, que define la objetividad a partir de un cierto números de
criterios determinantes, considerados objetivos como el origen común (herencia,
genealogía), la lengua, la religión, la psicología colectiva o “personalidad de
base”, el territorios entre otros. Todo ello es fuertemente criticado por los
partidarios de una concepción “subjetivista” del fenómeno identitario,
considerando que la identidad cultural no puede ser reducida a la dimensión
atributiva ni considerarse como un fenómeno estático. En este sentido se dice
que la identidad es un constructo elaborado en relación a los límites y
fronteras entre los grupos que entran en contactos.
Alteridad:
La
alteridad ha influido como uno de los factores de gran importancia dentro del
nivel cultural, existente en una determinada sociedad, esta se puede definir
como la capacidad ética que tiene cada individuo para reconocer al otro, no
como alguien que pueda ser utilizado con fines propios, sino el otro que
mediante sus palabras y hechos nos permita reconocer que podemos hacer valer
algo en nosotros mismos.
Es importante destacar que durante su
trayectoria, este tema ha generado gran discrepancia e inquietud dentro de la
sociedad, debido al alto índice de casos alteradores e impresionantes que han
ocurrido a nivel mundial, realmente es lamentable observar y escuchar como las
diferentes clases sociales, etnias, géneros entre otros, existente entre un ser
y otro han influido causando estrago en nuestra humanidad, por el hecho de no
querer razonar y entender que no siempre ser diferente significa ser desigual,
que aunque no poseemos los mismos ideales, debemos asumir que tenemos
responsabilidades con el otro, desde el momento en que logramos comprender el
grado que tiene como ser humano dentro del entorno social, sin importar cual
sea su condición debemos estar dispuestos a ayudar sin esperar nada a cambio;
que aunque poseemos lenguajes distintos, somos de diferentes razas, tenemos
creencias religiosa distintas, para mucho no poseemos el porte de rostro debido
y somos de sexos diferentes, entre otras; eso no significa que no somos seres
humanos, al contrario todos sin importar la nacionalidad que poseemos tenemos
derecho a la vida y no debemos permitir que el odio se filtre en ella, sino más
bien velar el uno por el otro, tratando de comprender y llegar a convivir
felices en este mundo todos y juntos como hermanos.
Interculturalidad:
La interculturalidad es la
expresión de un contacto entre culturas, o el estudio del impacto de una
cultura considerada como superior, activa, sobre otra simple y pasiva. Afirmar
que hay una cultura activa y otra simplemente receptiva no responde a criterios
objetivos pues la cultura pasiva puede generar elementos de influencia de otra
forma. Toma préstamos y rechaza otros aportes al poseer una capacidad de
conservación propia extraordinaria.
La perspectiva intercultural no
puede de ninguna manera escatimar el juego de identidad, especialmente cuando
se trata de un contexto en que el intercambio funciona mucho más según los
términos de los trágicos que siguiendo las voces de lo comunicativo. En este
sentido, se revela una doble crítica continuamente solicitada, respecto a la
problemática plural y compleja de lo intercultural y de la ambigüedad
especialmente simbólica de la identidad, pues el acercamiento intercultural
puede fácilmente presentarse de una manera acrítica y reforzar una forma de
dependencia cultural e ideológica, mientras que una visión crítica de lo
intercultural favorece una aproximación transitivas de las expresiones
culturales, teniendo en cuenta la permeabilidad y la mediatización de los
fenómenos culturales.
Toda cultura se opone a
cruzamientos, a prestamos y a interferencias, hay elementos de una cultura que
intervienen en nuestro capital cultural, por ello nos alienarnos del otro y nos encerrarnos en una dependencia cultural, se trata entonces de un recurso intercultural que funda la pluralidad
del campo en el que la persona evoluciona.
Debido a que la interculturalidad
suele estar sujeta a los juegos de relación de fuerzas, el discurso de
identidad es sintomáticamente mitigado, incluso conlleva una trampa, la
mundialización se representa como voluntad de potencia devastadora mientras que
se afrenta malentendidos, a veces indescifrables en las esferas mas altas de la
comunicación.
Lo intercultural es de hecho una
cuestión de pensamiento y de impulso, constituye tanto un juego en las
relaciones intersubjetivas, como un desafío intelectual. Abarca lo racional y
lo imaginario. Por esto se complica la función de la reflexión cuando se
intenta hacer entrar en el debate las culturas y el sistema de valores que
vehiculan. Podría parecer más allá de los fenómenos de colonización, de
emigración, de mezcla y de mestizaje.
La comunicación intercultural
implica, en primer lugar, individualidades que
llegan a transmitir, a través de sus cuerpos y de sus lenguajes, lo
simbólico y lo imaginario de sus culturas. Lo vivido individual es el acto
intercultural, es determinante en toda comunicación incluso en toda moral
comunicativa.
En efecto si lo intercultural se
presenta como horizonte de pensamiento y como apertura, es que las dimensiones
éticas y estéticas constituyen una exigencia para repensar lo humano. Vivimos
en un mundo en el que el mestizaje cultural ha llegado a ser una realidad
indiscutible en la que la persona se encuentra obligada a tener “varios juegos
de útiles conceptuales”, estar presentes en varios niveles a la vez y, a
disponer de múltiples registros de
conocimientos.
En este sentido el mestizaje
cultural es el reconocimiento del otro en nosotros.
Diferencia
entre multiculturalidad e interculturalidad
La interculturalidad puede darse de
distintos modos, pero predominantemente, de tres formas.
La primera, cuando al entrar en
contacto con otras culturas tiende a hacerlas desaparecer estableciendo
relaciones de dominación y no reconocimiento.
La segunda se da cuando al contactarse dos o más culturas
se parte del reconocimiento del contexto y particularidades de la o las otras
culturas, estableciéndose una relación de diálogo y respeto que va deviniendo
en modificaciones significativas en los escenarios simbólicos de las culturas
que han entrado en interacción.
La tercera, en el caso de que establezcan relaciones de
contactos entre dos o más culturas, pero aún existiendo relaciones de
reconocimientos, las culturas interactuantes no resultan afectadas o modificadas
por encuentro o diálogo.
Por lo anterior podemos sostener que no toda relación de
tipo intercultural es necesariamente multicultural, pero toda relación
multicultural es necesariamente intercultural. La primera y tercera relación
son interculturales, pero no son de carácter multicultural; mientras que la
segunda es tanto intercultural como multicultural. Términos actuales que
ocurren en Venezuela con respecto a la multiculturalidad.
Términos actuales que ocurren
en Venezuela con respecto a la multiculturalidad
En nuestro país Venezuela la multiculturalidad ha pasado a
formar parte del mismo; en tal sentido que nos encontramos a diario con
personas que poseen culturas distintas, diferentes lenguajes, orígenes y
géneros. Estos permiten reflejar como los distintos términos multiculturales se
hacen presentes en nuestro país, mediante la identidad que poseen los
venezolanos, sin dejar a un lado a los inmigrantes que se encuentran
distribuidos en distintas regiones del país, muchas veces con la finalidad de
obtener una mejor forma de vida, identificándose de tal forma con las demás
personas y de algún modo implantando sus culturas. Posteriormente la alteridad
también ocupa un papel importante dentro de nuestra sociedad, al observar la
capacidad que poseemos para reconocernos unos a otros. Por otra parte, la
relación intercultural en Venezuela permite la interacción entre diversas
culturas que generalmente de origen a la elaboración de nuevos productos,
derivados de factores pertenecientes a esas culturas.
A través de los años el desarrollo
multicultural se ha incrementado en diferentes países mediante el intercambio
de culturas de una nación a otra, lo que ha permitido en distintas ocasiones la
ampliación de nuevos conocimientos, mediante la adquisición de nuevas
producciones.
Cabe
señalar que no siempre este cambio recíproco entre distintos países ha sido del
mejor agrado para muchos ciudadanos, quienes poseen una identidad cultural los
cuales no se sienten identificados con culturas distintas, etnias, géneros
diferentes, entre otros, lo que ha provocado gran discrepancia a nivel mundial,
desatando el odio en muchos individuos y permitiendo que la discriminación
entre seres humanos crezca cada vez más. En este sentido, tratamos de hacer una
breve reflexión como ciudadanos y hermanas, que podamos ayudar sin importar la
condición y nacionalidad que poseemos, todos tenemos derecho a la vida y por
tal motivo necesitamos vivir en este mundo juntos y en armonía.