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Cumaná, Estado Sucre, Venezuela
Un lugar para recibir y compartir visiones. La sociología tiene la tarea de conjugar en una sola mirada, la sociológica, el espectro inmenso de las apreciaciones sobre lo cultural. Aunque la mirada de un sociólogo es personal su obligación histórica es considerar lo múltiple y diverso, asignándole pertinencia y un sentido humano.

viernes, 19 de agosto de 2011

Quisiera un libro infantil en blanco y negro


Quisiera un libro infantil en blanco y negro

Profa. Graciela Acevedo
Dpto. Sociología
udistasns@gmail.com
http://udistasns.blogspot.com

No hubo expectativas morbosas, ni perspectivas de espontaneidad, violencia, altisonancias; ni siquiera la esperanza de un signo de atención gubernamental o civil en la celebración de la Sesión Solemne de las Academias Nacionales de Venezuela del 13 de julio de 2011. Tal vez por eso aconteció casi desapercibidamente. En esa sesión se presentó, con ocasión del año bicentenario, el libro Propuestas a la Nación -iniciativa del Consejo Inter-académico del órgano que reúne a los más reconocidos profesionales del mundo universitario de la nación-, donde se recopilan ideas y líneas programáticas necesarias para retomar (pacíficamente) la institucionalidad del país.
Donde sí hubo gran concentración de la curiosidad pública fue en la demostración que con el mismo motivo, celebración del año bicentenario, organizó el gobierno nacional. Según fuentes oficiales, miles de personas, provenientes de todo el país, se concentraron en el Paseo Los Próceres para ver a los aviones Sukhois atravesar el cielo caraqueño, sentir el estruendo de los diferentes vehículos militares de fabricación rusa o china, y apreciar la particularidad de los Tanques T72 y de los carros de combate de infantería BMP-3. La demostración de fuerza militar venezolana, que se hace tradicionalmente, contó este año con la participación de cerca de 12.500 soldados, entre los cuales se destacaron un grupo de 400 personas oriundas de pueblos indígenas y los bloques castrenses provenientes de otros países. Una pregunta rondaba como un fantasma el espectáculo y confería sentido a la asistencia: ¿Podrá el Presidente de la nación presenciar esta celebración de nuestra independencia?
La Academia Nacional de las Ciencias Políticas y Sociales, la Academia Nacional de la Historia, la Academia Nacional de Medicina, la Academia Nacional de Ciencias Físicas Matemáticas y Naturales, la Academia Nacional de Ciencias Económicas y la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat produjeron propuestas para atacar problemáticas que reclaman urgente solución en nuestra sociedad: la reconstrucción institucional, la necesidad de políticas públicas para la enseñanza de la historia, el estado de la salud, la pertinencia de la ciencia en el desarrollo social, la inflación y su impacto en la calidad de vida de los venezolanos y el desarrollo sostenible del país. Una conclusión del detallado estudio revela que nuestra patria está en crisis y que son necesarias las orientaciones de las comunidades académicas, profesionales y de investigación -fundamentalmente de las universidades- para iniciar las transformaciones necesarias a los fines de construir un futuro de progreso y bienestar social.
En cadena nacional desde el Palacio de Miraflores y compartiendo una pantalla dividida con el desfile en Los Próceres, el mandatario nacional, acompañado por el alto mando militar, llamó a los venezolanos a continuar la lucha derrotando en mil batallas a los que desde afuera y desde adentro pretenden debilitar la patria. Habló en nombre de Bolívar, pidiendo mantener abierta la puerta que permita recuperar por años y décadas los bienes del pueblo: la libertad, la igualdad, la vida… Vivir viviendo, la escalada y el retorno para siempre fueron los conceptos básicos de un discurso que confundía sus más imperativos deseos personales con los del país.
El contraste que se establece entre estas dos maneras de festejar (me sirvo de las alegorías: planificación e improvisación, Atenas y Esparta, milicia y civilidad, razón y fuerza, sociedad e individualidad, institucionalidad y personalismos, capacidad de decisión y como vaya viniendo vamos viendo, blanco y negro) puede ser motivo para pensar un texto que guíe a los niños de la patria en los sueños del futuro. Es más fácil saber lo que no deseamos que lo que buscamos. Un libro como el que pienso tal vez ayude a despejar las dudas a edad temprana.

miércoles, 1 de junio de 2011

Miércoles 01 de junio de 2011 / p. 18

La Universidad que no es
Profa. Graciela Acevedo
Dpto. Sociología
udistasns@gmail.com
http://udistasns.blogspot.com

Atada, como estoy, a los valores universitarios: la razón, el optimismo, el pacifismo, la refutación al argumento de autoridad con criterios lógicos, el respeto a los derechos humanos, la consideración de la dignidad individual y otros, me cuesta la mayoría de las veces conceptuar los acontecimientos cotidianos del Núcleo de Sucre de la Universidad de Oriente como parte de una vivencia universitaria.
Los valores señalados arriba forman parte, según lo que me enseñó mi profesor de Historia Universal en el bachillerato, de los postulados principales del Humanismo sobre los cuales surge, a su vez, el Renacimiento que, al retomar el interés por la cultura clásica, reactiva el conocimiento y la idea de progreso frente al dogmatismo eclesiástico preponderante en la Edad Media. El Renacimiento generalmente se considera como un movimiento artístico (que produjo genios como Miguel Ángel Buonarroti , Leonardo Da Vinci y Sandro Boticelli, o, para decirlo mejor, obras como El David, la Gioconda, y el Nacimiento de Venus), pero que provocó un profundo impacto en los diferentes campos de la vida, lo cual daría origen a un movimiento de tal magnitud que implicó una revisión de todos, absolutamente todos, los órdenes de la vida social conocidos hasta el momento, desde lo más profano hasta lo más sagrado; hablamos de La Ilustración, etapa a la que algunos autores han llamado Era de la Razón. En este magma de ideas se desarrolla la universidad moderna, y en el debate sobre la permanencia y perfeccionamiento del Humanismo (como base para la producción de los conocimientos requeridos por las nuevas realidades) están las instituciones mundiales que pueden llamarse, por ello, universitarias. Pero nosotros no.
Nosotros vivimos en una realidad muy diferente. Sufrimos cotidianamente los efectos de los actos de aquellos que viven la universidad como un proyecto de usufructo personal –sea búsqueda de prestigio social, de negocios, de conveniencia política o como mecanismo de compensación psíquica- y se atenderán o no aspectos de la vida universitaria si estos están emparentados directamente con esas posibilidades. Esa ausencia del criterio universitario en todos los niveles impacta sobre la habitabilidad del campus, sobre la eventualidad del control de la calidad docente y su desempeño (por ejemplo, es común escuchar decir a los estudiantes que tal profesor nunca viene a clases, pero todos los estudiantes “aprueban” la materia), sobre la imposibilidad de implementar mecanismos de control que tiendan hacia la transparencia y democratización de los recursos, sobre las relaciones interpersonales donde se privilegiará más la sumisión a los factores de poder que a la preparación académica, sobre el compromiso individual y los sentimientos hacia nuestra universidad.
Para ponerlo más llano: vivimos en un Núcleo arruinado, sucio, sin condiciones docentes en la mayoría de los espacios. Sufrimos grandes vacíos teóricos generados por docentes irresponsables. Estudiamos y trabajamos en una universidad sin bibliotecas actualizadas. Vivimos, a diferentes instancias, amenazados por el terrorismo político y también por el “académico”. Nos debatimos en una constante inquietud -no tenemos certeza de poder comenzar o de terminar una clase-. No dejamos de asombrarnos de los extremos a los que llegan las relaciones de poder; nos molestamos, nos deprimimos, nos sentimos desamparados. Conozco muchos trabajadores universitarios que se las arreglan para poder jubilarse lo antes posible. Pareciera que lo poco que podamos hacer no significará nada ante la magnitud de la crisis que vive esto que aun continuamos llamando “universidad”.
A pesar de todo, para algunos esta universidad sigue cumpliendo una labor simbólica: recuerda lo que es posible de hacerse, como lo hicieron en su vida miles de hombres que han sido los mejores de sus tiempos y en sus disciplinas científicas. Es el ícono del ingenio humano, el signo de la inteligencia, el lugar donde se origina el bienestar social. John Stuart Mill aseguraba que la universidad no era el lugar donde se instruían las profesiones sino donde se hacía al hombre sensible y constante; los médicos, abogados, ingenieros, etc., serían capaces si fueran sensibles y estables.
Se dice que el símbolo es lo que no es. Ningún símbolo es, en sí mismo, lo que representa. Así veo yo la universidad simbólica que vivo: la universidad que no es.

domingo, 30 de enero de 2011

Interaccionismo simbólico
El Interaccionismo simbólico es una corriente de pensamiento microsociológica, relacionada también con la antropología y la psicología social, que se basa en la comprensión de la sociedad a través de la comunicación y que ha influido enormemente en los estudios sobre los medios.

El Interaccionismo simbólico se sitúa dentro del paradigma de la transmisión de la información: emisor-mensaje-receptor, junto a otras teorías como la Mass Communication Research y la Teoría crítica. En este paradigma, la comunicación se considera instrumental, es decir, los efectos del mensaje se producen unilateralmente sin tener en cuenta a la audiencia.



Antecedentes
La Escuela de Chicago (Cooley, Lippmann, Park, Mead y Blumer) surge en EE.UU. durante los años 20 en un contexto de aparición de la opinión pública moderna, el desarrollo de las tecnologías de la información, el sistema democrático y la inmigración europea. Ellos estudian la comunicación como un hecho social significativo y muestran un considerable interés por la opinión pública. Inauguran el conductismo social en un contexto en que o bien se trabajaba con el individuo como una máquina aislada (conductismo mecanicista) o bien con la sociedad como una máquina aislada (funcionalismo). Los objetos de estudio más significativos de esta escuela son la Ecología humana, la relación individuo-comunidad y la interpretación como factor fundamental en la comunicación.

Premisas
De acuerdo con Herbert Blumer,acuña el término interaccionismo simbólico en 1938, sus principales premisas son:

Las personas actúan sobre los objetos de su mundo e interactúan con otras personas a partir de los significados que los objetos y las personas tienen para ellas. Es decir, a partir de los símbolos. El símbolo permite, además, trascender el ámbito del estímulo sensorial y de lo inmediato, ampliar la percepción del entorno, incrementar la capacidad de resolución de problemas y facilitar la imaginación y la fantasía.
Los significados son producto de la interacción social, principalmente la comunicación, que se convierte en esencial, tanto en la constitución del individuo como en (y debido a) la producción social de sentido. El signo es el objeto material que desencadena el significado, y el significado, el indicador social que interviene en la construcción de la conducta.
Las personas seleccionan, organizan, reproducen y transforman los significados en los procesos interpretativos en función de sus expectativas y propósitos.
Otras premisas importantes son: que la distinción entre conducta interna y externa presupone que el individuo se constituye en la interacción social (formación del yo social autoconsciente), y que no es posible entender el yo sin el otro ni a la inversa, y que los grupos y la sociedad se constituyen sobre la base de las interacciones simbólicas de los individuos al tiempo que las hacen posibles.

En conclusión, el interaccionismo simbólico, partiendo de un método de estudio participante, capaz de dar cuenta del sujeto, concibe lo social como el marco de la interacción simbólica de individuos, y concibe la comunicación como el proceso social por antonomasia, a través del cual, se constituyen simultánea y coordinadamente, los grupos y los individuos.

[editar] Desarrollos
A partir del yo social autoconsciente de Mead se desarrolla el self especular como el sujeto con capacidad de interactuar consigo mismo, de convertirse en objeto de su atención, forjando así una imagen coherente de sí mismo (sus intereses, expectativas, ideas, sensaciones, sentimientos, etc.) que pone en interacción con otros. En el curso de esta interacción, lo primero que pone en juego cada participante, junto con su self especular, es su definición de la situación comunicativa (conjunto de significados o definiciones).

Goffman, en su Teoría de la Interacción de Actores basada en el esquema interpretativo de la dramaturgia, estudia los ritos de interacción comunicativa que aprendemos y ponemos en juego en nuestra vida cotidiana. Define el rol como un conjunto organizado de expectativas de comportamiento en torno a una función o posición social (ej. profesor). El desempeño del rol cuando se interactúa ante los demás en un determinado contexto espacial y temporal (fachada), sobre la premisa de estar siendo observados (escenario), es la parte visible y contextualizada del self especular, que para Goffman es más producto de la interacción social que de la propia intervención del sujeto. Sin embargo, cuando se interactúa entre bastidores, los roles pasan a segundo plano. Cada interlocutor o actor asume uno o varios roles en la interacción en función del marco (situación-tipo reconocible por los participantes) y el escenario, así como de la imagen que se desea ofrecer a los otros. La comunicación no se limita solo a estas conductas interactivas, sino que también el contexto espacial y cultural (fachada) adquiere significado.
La interacción simbólica y la sinergia ayudan a una mejor comunicación
La interacción simbólica es importante y puede en muchos casos llegar a reemplazar la comunicación verbal o a reemplazar palabras, estos símbolos pueden ser llamados también gestos que se usan para comunicarse.

Muchos lo usan como palabras claves, y diferentes grupos sociales tienen símbolos entre ellos al expresarse, muchas veces solo determinados grupos que vivieron determinada etapa o momento reconocen con facilidad símbolos y son usados frecuentemente por estos miembros o amigos.

La sinergia es la suma de las partes y como resultado obtenemos el todo más la suma de las partes esto quiere decir que al relacionarlo con la interacción simbólica y la comunicación verbal obtenemos una muy completa comunicación entre receptor y emisor.

En muchos casos se utiliza sólo la interacción verbal mas no la simbólica y el mensaje que emite en emisor puede llegar a ser confuso para el receptor, ya que influye mucho cualquier tipo de gesto facial o de interacción simbólica que el emisor proyecte, éste puede llegar a influir al mensaje de manera equivocada muchas veces, y no se logra la comunicación ni el mensaje adecuado.

En resumen, cuando usamos la sinergia en cuanto a la interacción simbólica podemos comunicarnos sin dejar dudas ni problemas al momento de expresarnos, no habrá dudas de nuestra actitud o predisposición sobre determinado tema, y tendremos éxito al hacer de nuestra idea o mensaje un resultado limpio de dudas y malentendidos.

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domingo, 23 de enero de 2011

tema 2 Sociedad

tema 2
Visiones sobre la idea de sociedad
Sólo para uso interno de los cursos de la Profa. Graciela Acevedo
Como especie, el género humano es gregario pero, a diferencia de otras especies, combina la socialidad con cambios deliberados en su comportamiento y esto lo lleva a crear diferentes formas de organizaciones sociales a través del tiempo.
Los hombres se organizan en agrupamientos sociales que varían en dimensiones y funciones dentro de los grupos que crea; trabaja, comercia, juega, se reproduce e interactúa de diferentes formas. En consecuencia, las pautas de asociación humana difieren de un lugar a otro, de una era a otra y de una cultura a otra, haciendo del mundo social un medio muy complicado y cambiante.
La forma que define la asociación humana y sus normas de convivencia, se conoce con el nombre de sociedad.
El concepto de sociedad se ha empleado en las ciencias sociales de todas las épocas con significados diferentes:
El filósofo griego Aristóteles (384-322 a. C.) consideró a la sociedad como un organismo vivo, idea que el teólogo italiano Tomás de Aquino ( 1224-1274) completó y desarrolló llegando a la idea de la sociedad como una totalidad orgánica propia, los individuos que componen esa totalidad son considerados partes de un todo que es regulado por fuerzas trascendentes, o sea independientes del hombre.
En el siglo XVI Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) formuló una concepción contractualista que ve en la sociedad la construcción de un orden artificial, fundado en una asociación de individuos que ceden su derecho a un ente social capaz de garantizar el orden y la seguridad en sus relaciones. En El Contrato social afirma "encontrar una forma de asociación que defienda y proteja, con todas las fuerzas comunes, a la persona y bienes de cada asociado; en ella, la unión de cada uno con el resto permite, no obstante, que cada uno no obedezca sino a sí mismo y siga tan libre como antes”
Los conceptos de sociedad varían con las características del tiempo. Por ejemplo, en el inicio de la industrialización, se entendió la sociedad como el conjunto de los productores frente a los no productores. Como se ve, priva en esta idea el criterio económico.
El teórico social inglés Herbert Spencer (1820-1903) vio en la sociedad una forma superior de organismo, cuyas partes aparecen integradas y coordinadas mediante leyes naturales.
August Comte (1798-1857) filósofo positivista francés, diferenció las sociedades en estáticas y dinámicas, mientras que el materialismo histórico rechazó el término de sociedad en general para referirse a las sociedades históricamente determinadas en un tiempo y espacio dados.
En la filosofía alemana de finales del siglo XIX se desarrolló la diferenciación entre sociedad y comunidad, formas de organización, artificial o natural, basadas en el contrato o el estatus.
Georg Simmel ( 1858-1918) explicó la sociedad como suma de individuos asociados y como un sistema de relaciones, que implica un conjunto social.
Emil Durkheim (1858-1917) influyó a los antropólogos sociales del siglo XX, quienes desarrollaron la tendencia a concebir la sociedad como el conjunto de relaciones sociales observables entre los miembros de una colectividad.
Por otro lado, la corriente teórica funcionalista consideró la sociedad como una totalidad de estructuras sociales y culturales interdependientes, que operaban para garantizar la operatividad del orden social.
El estudio de los diversos tipos de sociedad ha dado lugar a la formulación de clasificaciones diferentes: sociedades simples y complejas, sociedades seculares y sacras, sociedades rurales y urbanas, sociedades tradicionales y modernas, sociedades institucionales e industriales, etcétera.
Recientemente se ha desarrollado el análisis de algunas formas particulares de sociedad: sociedad industrial y postindustrial, sociedad de masas, sociedad global, etc.
Como vemos son muchas las perspectivas desde la que puede entenderse el concepto de sociedad. Por el momento, y para efectos de estas páginas, podemos conformarnos con entender que la mayoría de los autores están de acuerdo en que una sociedad, en términos generales es un gran número de seres humanos que comparten una cultura común y que obran conjuntamente para satisfacer sus necesidades sociales.
En términos de la acción social podemos entender la sociedad como un sistema o conjunto de relaciones que se establecen entre los miembros de la sociedad de forma individual o grupal, relaciones que se establecen en base a una forma de comprensión comunitaria referida, desde la institucionalidad social y que se concreta en la participación en los diversos órdenes de la vida social.
Vista de esta manera podemos entender los procesos de pertenencia, actuación, identificación, motivaciones de cambio, modificaciones de la conducta, los sistemas ideáticos y otros procesos sociales que se originan en sociedad.

Estos procesos generales se hallan presentes en todas las sociedades por muy distintas y separadas que estén entre sí. La mayor parte de la institucionalidad de las sociedades presenta esta particularidad. La universalidad de la conducta humana es lo que se convierte en el punto de inicio para la constitución de la ciencia social en el sentido estricto del término.
Como vimos los científicos sociales estudian el comportamiento humano a partir de una variedad de perspectivas teóricas desde diferentes puntos de vista o enfoques. En ellos se privilegian de manera diferenciada los aspectos culturales, políticos, económicos, simbólicos, estructurales, los estudios sobre el poder etc.
Cada perspectiva teórica busca establecer patrones consistentes de comportamiento individual y social, lo que lo lleva a elaborar modelos para el entendimiento de la realidad y proponer explicaciones científicas de ellos. Esta manera de percibir, desde una perspectiva particular lo que se conoce como paradigmas científicos.
En la historia de las ciencias sociales algunos de los modelos para el entendimiento de la realidad o paradigmas han logrado captar la atención de grupos importantes de teóricos que han elaborado su comprensión de la realidad social adecuándola a las ideas persistentes en las diferentes áreas sociales.
Aquí veremos, por ejemplo, cómo a partir de las ideas evolucionistas de Charles Darwin, cuyo campo de estudio era la biología, surge una Escuela que se consolida en el pensamiento teórico social impregnando la mayor parte de la historia de nuestras jóvenes ciencias.
La intención del presente texto es lograr un acercamiento a las formas cómo los científicos sociales han entendido el desenvolvimiento de las sociedades a partir de la idea general de que ellas evolucionan, tal como en el paradigma evolucionista, de manera lineal, transcurriendo desde estadios poco complejos hasta formas sociales muy elaboradas. Estos autores han merecido el calificativo de evolucionistas al plantear, independientemente de su tipología particular, un esquema general de desarrollo de las sociedades en el que se les entiende superando, continuamente, estadios temporales en vías hacia un horizonte histórico idealizado.
Podemos desde esta idea general acercarnos, por ejemplo, al estudio de Las Teorías Evolucionistas “Primarias”, la Teoría Evolucionista de Durkheim, Teoría Evolucionista Marxista y las teorías Neoevolucionistas de Talcott Parsons. Estas teorías serán presentadas a continuación. Asimismo abordaremos una respuesta teórica a la idea evolucionista sobres las sociedades formulada por Claude Lévy Strauss quien formula las ideas de Relativismo Cultural como una critica al Evolucionismo.
Las teorías evolucionistas “Primarias”
El evolucionismo de AugustoComte.
Tres principios básicos que guían el pensamiento de Comte
1. Una sociedad determinada no puede comprenderse sino en relación con la historia de la humanidad entera.
2. La energía de la evolución de las sociedades humana esta constituida por el progreso de los conocimientos.
3. El hombre es idéntico en todo lugar y tiempo por su constitución biológica.
Comte formula la Ley de los “Tres estados”; que dice:
1. El primer estado es el estado teológico corresponde a la sociedad militar; es decir, la explicación se efectúa a través de la asistencia de poderes sobrenaturales.
2. El segundo estado es el metafísico corresponde la sociedad legista; es decir, la explicación de los fenómenos se lleva a cabo con la ayuda de ideas.
3. El tercer estado es el estado positivo, corresponde a la sociedad industrial; es decir, explica los fenómenos por medio de la observación y racionamiento.
Cada uno de estos estados corresponde a un adelanto de las ciencias y la expansión de ciencias particulares, y la comprensión de los mecanismos y de los conflictos sociales, hará que se desenvuelva la sociología.
Otros evolucionistas primarios fueron Ferdinad Tönnies y Herbert Spencer. Ferdinad Tönnies tiene como base los fundamentos síquicos de las relaciones sociales y propone que la voluntad humana se presenta bajo dos formas una orgánica y una reflexiva, ambas producirán diferentes formas de comunidad. La forma orgánica promoverá relaciones comunitarias y la forma reflexiva producirá sistemas sociales fundados sobre la base de los intereses individuales.

Herbert Spencer
Se inspira más directa y francamente en las leyes de la evolución biológica enunciadas por Lamarck y Darwin; Para Spencer la sociedad es un ser vivo y por ese hecho obedece a las mimas leyes que los otros seres vivientes. Dicho de otro modo, los órganos sociales, cada vez mas especializados logran una complejidad que permite una mejor adaptación en la lucha por la vida.
La teoría evolucionistas Dukheimiana.
Émile Durkheim presenta una clasificación de los estadios de la humanidad que resumimos a continuación y que expresa claramente su visión evolucionista.
• La horda. Es una sociedad simple, aislada; es el equivalente del protozoario en el mundo animal. Cuando la horda se convierte en segmento social en lugar de ser la sociedad entera, cambia de nombre.
• El clan. Comprende a varias familias, pero, según Durkheim, las familias son históricamente posteriores al clan y no constituyen segmentos sociales. Es frecuentemente un grupo de individuos que se consideran descendientes de un pasado en común, mítico o histórico, sin que sea posible determinar todos los eslabones de esa descendencia.
• Sociedades polisegmentadas simples. Están formada por una pluralidad de clanes y hordas.
• Las sociedades polisegmentadas compuestas simplemente.En este caso los segmentos, en lugar de estar simplemente yuxtapuestos, se hallan organizados en un conjunto social de especie superior.
• Las sociedades polisegmentadas doblemente compuestas.Resulta de la fusión de sociedades polisegmentadas compuestas de manera simple.
Según esta concepción cada sociedad se define por el grado de su complejidad y a su vez puede absorber cierto desarrollo económico de origen externo, sin que se transforme su naturaleza.
La teoría evolucionista de Carlos Marx:
Elementos de la sociología Marxista. Marx ofrece una perspectiva que ha sido denominada materialismo histórico.Consiste en aplicar el materialismo dialéctico a los fenómenos económicos y sociales, es decir, a la materia histórica. La satisfacción de las necesidades no constituye una de las actividades del hombre entre otras, sino que es condición fundamental de toda la historia.
De acuerdo a la teoría de Marx la realidad social se compone así de cuatro niveles:
1. Los medios de producción compuestos.
2. Las relaciones de producción o estructuras sociales o modos de relaciones sociales.
3. La consciencia real individual y colectiva.
4. Las ideologías.
Marx ha tratado de definir una tipología diacrónica de las sociedades a partir del estado de desarrollo de las fuerzas productivas y del estado de las relaciones de producción consecuente con ese estado de las fuerzas productivas. Aquí la resumimos:

• Sociedad inicial o comunidad tribal. Es una asociación de familias sedentarias; su sistema económico pastoral y nómada, puede volverse luego agrícola y sedentario. El tipo de propiedades es comunal. El sistema político esta poco diferenciado y, en la mayor parte de los casos, estrechamente asociado con el poder religioso.
• sociedad de tipo asiático. Su sistema económico se basa en al agricultura practicada por pequeñas comunidades locales autónomas; sin embargo, en ciertos casos pueden manifestarse combinaciones entre la agricultura y la artesanía. El sistema político ya esta un poco diferenciado y puede tomar formas relativamente democráticas.
• La sociedad antigua. El campo esta con frecuencia dominado por la ciudad. Los propietarios residen en la ciudad, en otros términos la riqueza se vuelve urbana; es esencialmente mercantil y artesanal. Por otra parte, el ciudadano tiene derecho a beneficiarse de la propiedad común y poseer bienes personales debido a su participación en La comunidad. Los esclavos están excluidos del sistema. El sistema cultural se desenvolverá considerablemente y aparecerán verdaderas castas de intelectuales con funciones ideológicas más o menos precisas: letrados en China, filósofos en Grecia, juristas, escritores e historiadores en Roma.
• Las sociedades de tipo germánico. Se trata de una sociedad esencialmente rural, caracterizada por cierta autonomía de La pequeña propiedad territorial familiar. La unidad de la sociedad germánica no es económica; La manufactura en ella es un accesorio puramente doméstico reservado a las mujeres. Es una sociedad sin clases y el estado, por ese hecho es inexistente.
• La sociedad feudal. Estuvo influenciada por la sociedad de tipo germánico. La economía es a la vez rural y urbana. La ciudad, al desarrollar el comercio y la artesanía, garantizará progresivamente el control económico de la región rural circundante y prepara. En el plano social se observa un doble sistema. Un sistema de clases fuertemente jerarquizado en el medio rural con los señores propietarios por un lado y por el otro los siervos que no poseen sino su fuerza de trabajo. La organización es corporativa: maestros, artesanos, compañeros, aprendices originan una fuerte integración social, por lo que es difícil hablar de clases. En el plano cultural es amplio el consenso ideológico, religioso, principalmente en las ciudades. Los valores fundamentales de este sistema cultural no son el afán de ganancias y el espíritu de competencia sino la búsqueda de cierta estabilidad social.
• La sociedad capitalista burguesa. Proviene de la sociedad de tipo feudal, no obstante, se distinguen dos grandes etapas en la evolución de la sociedad capitalista:
- El capitalismo comercial: en las ciudades efectivamente, la pequeña burguesía artesanal y mercantil había acumulado ya varios capitales; luego gracias a los grandes descubrimientos principalmente el del nuevo mundo estos capitales, de origen comercial, podrán invertirse, a su vez, en las primeras manufactureras.
- El capitalismo industrial: La búsqueda de la innovación técnica y económica se convierte, en el estadio, en uno de los motores de la evolución social. Se divide en dos clases la burguesía industrial y el proletariado humano.
Marx plantea que en este tipo de sociedades la burguesía, que domina la sociedad económicamente hablando, también dominará en su sistema político porque ejerce el control del Estado y sus aparatos principalmente. Controlando los aparatos del Estado, podrá producir y difundir una cultura, una ideología. No obstante, por causa de las contradicciones que existen entre burguesía y proletariado se instaurará una sociedad sin clases y, por lo tanto, sin Estado. La sociedad comunista.
El neoevolucionismo de Talcott Parsons

Talcott Parsons(1902-1979) propone una tipología diacrónica de los sistemas sociales:

• Las sociedades primitivas. Son las sociedades menos diferenciadas. La base de la organización social es el sistema de parentesco. Entre las sociedades primitivas, Parsons distingue las sociedades primitivas avanzadas que se caracterizan principalmente por una organización política central fundada en la existencia de límites territoriales.
• Las sociedades arcaicas. Este estadio intermedio se caracteriza por una escritura de vocación técnica y el desarrollo de las religiones cósmicas; las cuales estaban limitadas a los grupos especializados. Fuera de su uso mágico-religioso, su empleo principal es en el orden administrativo. Estas sociedades aparecieron independientemente unas de otras en numerosas partes el globo.
• Los imperios intermedios histórico o sociedades de tipo intermedio avanzado. Se caracteriza por la existencia de una clase superior que sabe leer y escribir, es decir, la escritura no tiene una vocación exclusivamente técnica, sino una vocación de lo abstracto, de reflexión. En el plano de lo religioso-cultural se desenvuelve una religión llamada histórica que alcanza niveles de generalización y sistematización específicamente filosóficos.
• Las sociedades matrices. Existieron dos sociedades que han tenido una importancia muy limitada en comparación con otras sociedades de su época, sin embargo, han sido agentes de innovaciones culturales para todo un conjunto de sociedades posteriores. Ejemplo: Israel y Grecia.
• Las sociedades modernas Para Parsons existen 4 principales procesos de cambio estructural en interacciones reciprocas, los cuales permiten la evolución de un sistema social hacia niveles superiores y están, por ello, particularmente desarrollados en las sociedades modernas: La diferenciación, el mejoramiento adaptativo, la inclusión y la generalización de los valores. El cristianismo representa un papel absolutamente fundamental en esta evolución.

El relativismo cultural.
Claude Lé vi-Strauss (1908-2009) plantea una crítica al evolucionismo. Mantiene que la diversidad de cultura no es más que aparente, pues todas convergen hacia el mismo fin. La humanidad se vuelve una e idéntica a sí misma. el evolucionismo social parece inspirado directamente en el evolucionismo biológico.
Según Claude Lévi-Strauss, las sociedades pueden entenderse desde la idea de que sus culturas pueden pertenecer a alguna de estas categorías:
• Culturas contemporáneas, pero en otro lugar.
• Culturas que se han manifestado en el mismo espacio, pero en otro tiempo.
• Culturas que se han manifestado en un tiempo anterior y en un espacio diferente.
Además Levi-Strauss muestra que todas las sociedades humanas, tienen tras de sí un pasado que es aproximadamente del mismo orden de grandeza. Tratar a ciertas sociedades como etapas del desenvolvimiento de algunas otras, implica admitir que en estas ultimas se han producido cambios, es decir una evolución, mientras que en las primeras nada se ha producido. El autor plantea que no existen pueblos niños, todos son adultos, incluso aquellos que no han llevado el diario de su infancia o de su adolescencia.

lunes, 10 de enero de 2011

Cultura: un concepto que describe la condición humana.

Cultura: un concepto que describe la condición humana.
Material de uso exclusivo para estudiantes de sociedad y cultura en los cursos de la profesora Graciela Acevedo
Una vieja metáfora sobre la cultura ejemplifica la situación del hombre en la socialidad al compararlo, en su relación con la cultura, con un pez que vive en el agua sin tener conciencia de ello. La mayoría de las personas nacen y se relacionan en los diferentes espacios y grupos en los que transcurre su vida sin tener conciencia clara de como eso que los científicos sociales llaman cultura condiciona sus diferentes experiencias sociales desde el inicio de sus vidas.
En principio, para acercarnos al término debemos decir que el común de las personas le adjudican a la palabra cultura un significado que implica el logro de algunas condiciones comúnmente catalogadas como excepcionales; se usa la palabra cultura para describir experiencias “refinadas” de la vida, solemos decir por ejemplo, “fulano es una persona con mucha cultura”, y esta expresión refleja una comparación entre niveles de conocimiento del mundo de ese fulano y los niveles de conocimiento considerados comunes en determinado grupo social. Así, se les asigna el calificativo de culto a aquellas personas que demuestran en su comportamiento elementos de urbanidad, de finura, de elegancia, de estilo. También es común escuchar que tal persona o grupo de personas carecen de esa condición tan valorada socialmente; “carece o carecen de cultura”, “son incultos, ignorantes, atrasados” son algunas expresiones comunes en la cotidianidad social. Todos entendemos, en representaciones cotidianas, el contenido significativo de las anteriores frases; existen razones históricas para que tales locuciones formen parte de la visión común de la mayoría de las personas; pero tales expresiones en términos teóricos, antropológica y sociológicamente, son inexactas.
Antes de explicar cual es el contenido sociológico y antropológico de la palabra cultura conviene intentar un breve estudio del término. Cultura es una palabra que proviene de la palabra latina, cultüra, que tenía un amplio rango de significados: habitar, cultivar, proteger, honrar con adoración. Durante siglos fue usada comúnmente como sinónimo de cultivo del campo. Posteriormente, durante el periodo de la Ilustración, la misma palabra cultura comenzará a aplicarse, con un sentido metafórico, para expresar el gusto por el conocimiento o la sapiencia (cultivarse, o ser cultivado). La palabra comienza a ser usada seguida por el complemento de la cosa cultivada: “cultura de las artes”, “cultura o cultivo de las letras”, “cultura de las ciencias”. Quien conoce de artes, de ciencias, de letras, tiene cultura. Así, la cultura pasa a ser el carácter distintivo de la especie humana que progresa y se eleva por sobre su estado natural “de salvajismo o de ignorancia”. La palabra cultura queda asociada a la idea de progreso y la condición de vivir en civilización Es así como es utilizada por el filósofo inglés Francis Bacon, (1561 – 1626), con quien la palabra comienza a adquirir el sentido que nos interesa, este pensador comenzó a usarla asociada a palabras relativas a procesos sociales: así dijo, por ejemplo, cultura del espíritu, cultura estética, cultura de costumbres. En el siglo XVIII, el pensador alemán Johan Herder, (1744-1803), la aisló de sus adjetivos y habló sólo de cultura. Quedó la idea de cultura para designar la formación, el cultivo o la educación del acervo humano.
Hoy se emplea la palabra cultura a todas horas en este sentido genérico, aunque su uso se realiza en forma vaga y confusa. Muchos autores, sin embargo han emprendido, la tarea de concebir un concepto para el fenómeno conocido como cultura y en función de ello han asumido perspectivas o puntos de vista diferentes para iniciar su estudio del fenómeno. Para algunos teóricos, desde el punto de vista de lo que describe, la cultura consiste en una lista de tópicos o categorías, tales como organización social, religión, o economía entre muchos otros tópicos. Otros entienden la cultura como un proceso histórico mediante el cual se transmite la herencia social, las tradiciones, a las generaciones futuras. Una visión distinta es la de quienes encuentran la cultura en el comportamiento compartido y aprendido en sociedad. Mientras que autores con una visión más pragmática entienden la cultura como un mecanismo humano que tiende a solucionar los problemas de adaptación al medio ambiente y los surgidos de la convivencia humana, desde otra perspectiva algunos autores hacen énfasis en el sistema ideático, ven la cultura como el conjunto de ideas, derivadas de los hábitos aprendidos que, en su organización diferencia la vida humana de la animal. La perspectiva estructural, por su parte, entiende la cultura como la presencia de ideas, símbolos, o comportamientos, modelados o pautados e interrelacionados. Finalmente para quienes detienen su atención en la existencia de símbolos la cultura se basa en los significados arbitrariamente asignados que son compartidos por una sociedad.Veamos algunas de esas definiciones:
Desde que E.B.TYLOR elaboró la primera noción de cultura no ha cesado la actividad teórica alrededor del concepto. Paradójicamente, así como no existen dos culturas iguales no ha podido lograrse aún un acuerdo sobre un único concepto de cultura que satisfaga las diferentes visiones sobre lo que significa el fenómeno que describe al hombre en todo tiempo y lugar. Presentamos a continuación algunos conceptos de cultura enunciados por importantes teóricos que, en diferentes tiempos, han hecho del tema el centro de su desarrollo teórico. En el análisis que podamos hacer de ellas encontraremos las diversas posiciones o perspectivas teóricas que acabamos de describir.

Edwuard Burnett Tylor( 1832-1917) en su libro Culturas primitivas publicado en el año 1871 formula el primer concepto de cultura. “ La cultura o civilización, en sentido etnográfico amplio, es aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la sociedad"
F.BOAS (1930) ``La cultura incluye todas las manifestaciones de los hábitos sociales de una comunidad, las reacciones del individuo en la medida en que se ven afectadas por las costumbres del grupo en que vive, los productos de las actividades humanas en la medida en que se ven determinadas por dichas costumbres’’. [Boas, 1930.74, citada por Kahn, 1975.14 B.

MALINOWSKI (1931) " Herencia social es el concepto clave de la antropología cultural, la otra rama del estudio comparativo del hombre. Normalmente se la denomina cultura en la moderna antropología y en las ciencias sociales. (…) La cultura incluye los artefactos, bienes, procedimientos técnicos, ideas, hábitos y valores heredados. La organización social no puede comprenderse verdaderamente excepto como una parte de la cultura" (Malinowski, 1975:85).

W.H.GOODENOUGH (1957) ‘’la cultura de una sociedad consiste en todo aquello que conoce o cree con el fin de operar de una manera aceptable sobre sus miembros. La cultura no es un fenómeno material, no consiste en cosas, gente, conducta o emociones. Es más bien una organización de todo eso. Es la forma de las cosas que la gente tiene en su mente, sus modelos de percibirlas, de relacionarlas o de interpretarlas’’. [ W . h. goodenough .[1957,167,citada por keesing, 1995,56]

C.GEERTZ (1966) "La cultura se comprende mejor no como complejo de esquemas concretos de conducta - costumbres, usanzas, tradiciones, conjuntos de hábitos-, como ha ocurrido en general hasta ahora, sino como una serie de mecanismos de control-planes, recetas, fórmulas, reglas, instrucciones (lo que los ingenieros de computación llaman "programas")- que gobiernan la conducta" ( Geertz, 1987:51).

R. CRESSWELL, R. (1975) "La cultura és la configuració particular que adopta cada societat humana no només per regular les relacions entre els fets técno-económics, I'organiztació social ¡ les ideologies, sinó també per transmetre els seus coneixements de generación" (Cresswell, 1975:32).

D.PERROT T, D.R.PREISWERK, R. (1979) " Definim la cultura com al conjunt dels valors, comportaments ¡ institucions d'un grup huma que és apres, compartit ¡ transmes socialment. Abasta totes les creacions de I'home: les cosmogonies [visió del món], els modes de pensament, la imatge de I'home, els sistemes de valors, la religió, els costums, els símbols, els mode de producció, el sistema monetari; a més, les institucions socials ¡ les regles morals ¡ jurídiques" Preiswerk, 1979:39)

A. GIDDENS (1989) "Cultura se refiere a los valores que comparten los miembros de un grupo dado, a las normas que pactan y a los bienes que producen. Los valores son ideales abstractos, mientras que las normas son principios definidos o reglas que las personas deben cumplir".

MARSHALL SAHLINS (1997) “entendemos por cultura la adecuación a una serie de significaciones adjudicadas a un esquema simbólico definido, que nunca es el único posible.”

ELEMENTOS DE LA CULTURA En la atenta lectura de los diferentes conceptos de cultura encontramos una serie de enunciados que los componen. Conocimiento, arte, costumbres, valores, etc. Son esos enunciados los que debemos identificar cada vez que intentemos comprender o describir en profundidad la cultura de un grupo humano cualquiera A estos componentes de la cultura se les denomina “elementos universales de la cultura”. Estos contenidos culturales son los mismos que usaríamos y encontraríamos en cualquier parte del mundo. Valen tanto para comunidades campesinas, para culturas emergentes como para la cultura de las grandes metrópolis.
Los elementos de la cultura suelen ser presentados como divididos en dos clases: materiales y no materiales. Identificamos como elementos materiales de la cultura a todos aquellos elementos que se desprenden de la acción del hombre a medida que trata de resolver sus necesidades, por lo tanto una fuente importante de la cultura material es la tecnología, la rama del conocimiento que se relaciona con la ciencia y la ingeniería aplicadas. Por otro lado, y en contraste, la cultura no material consiste en creaciones humanas que no se incluyen en objetos físicos, como valores, creencias, normas, costumbres, sistemas de gobierno, lenguas…etc.

Debemos detener nuestra atención para reflexionar sobre la condición material y no material de los componentes de la cultura. Aunque los bienes materiales se representan en objetos físicos, estos objetos adquieren, en la comprensión del mundo de las sociedades específicas, un significado y una valoración que no están sustentados sólo en sus condiciones físicas; sino que les son históricamente adjudicados. El valor de una pieza de tela tricolor, de un río o de una joya no radica en la organización de sus elementos internos sino que refiere directamente al ámbito de la no materialidad, de las ideas, de la subjetividad en la cultura. De igual forma los elementos no materiales de la cultura necesitan de un soporte material que permita su uso social, una canción de cuna necesita de una voz humana que la cante o de un soporte tecnológico que la perpetúe, so pena de desaparecer en el tiempo, lo mismo ocurre con las costumbres, con la lengua o con la expresión de los valores. De forma tal que el mundo de la materialidad; tecnología, arte, paisajes, etc.; necesitan de la valoración social, de la subjetividad, de la presencia del hombre que le atribuya sentido social; tanto como los elementos no materiales de la cultura precisan de soportes materiales para su expresión cabal en la cultura.

A continuación presentaremos los más importantes elementos de la cultura universal.

Valores: El valor social es una idea general que las personas comparten sobre lo que es bueno o malo, deseable o indeseable. El conjunto de los valores sociales organizan una visión del mundo específica que hace que las culturas definan sus comportamientos sociales cotidianos en armonía con lo que es culturalmente valorado. Valores importantes son la idea de éxito, la importancia que se le adjudica al trabajo, nuestras nociones sobre el humanitarismo, o sobre la eficiencia, o, el que se ve reflejado en la búsqueda de la comodidad material. Como vemos la enunciación de los valores puede alargarse. Es importante destacar que cada sociedad organiza su conjunto de valores jerárquicamente, de modo en cada grupo social existen unos pocos valores que se constituyen en esenciales para la armonía de la vida comunitaria. Por ejemplo la idea de libertad constituye para nosotros,los venezolanos, un valor de suma importancia, al igual que la idea de igualdad o el concepto sobre la amistad.
La organización valorativa de una sociedad se produce de manera histórica y se trasmite generacionalmente a través de la cultura. De igual manera los acontecimientos culturales pueden configurar nuevas formas valorativas como ocurre, por ejemplo, con la importancia que las personas le adjudican actualmente al logro de la belleza.

Normas: Las normas sociales son pautas específicas para la acción; es una regla que dice la forma como las personas deberán comportarse en situaciones particulares, algunas veces son explícitas tales como las leyes escritas o los mandamientos bíblicos. También podemos definirla como un estándar de comportamientos compartidos de un grupo social, se espera qu+e sus miembros adapten su quehacer por el significado que tiene para ordenar sus vidas en la cotidianidad. Todas las sociedades mantienen normas para la procreación, cuando y cómo reproducirse, para la relación con los dioses, para organizar la economía, etc. Al igual de los valores, las normas también pueden variar mucho de una sociedad a otra. Un tabú (proscripción de un comportamiento, el del incesto, por ejemplo) que es drásticamente castigado en una sociedad puede alcanzar niveles distintos de tolerancia en otras sociedades. Así encontramos que un mismo comportamiento puede ser considerado apropiado en una sociedad pero en otra puede ser normativamente inapropiado y mal visto. La mayoría de las normas son situacionales, o sea, se aplican a circunstancias y ambientes específicos. Es importante establecer y entender la diferencia entre valores y normas; pues las normas son las reglas que gobiernan el comportamiento en contextos o situaciones particulares, mientras los valores son los estándares amplios e internos sobre los cuales evaluamos los comportamientos.

Entre las normas podemos incluir las tradiciones, las costumbres y las leyes: definimos la tradición como un conjunto de usos sociales, formas de comportarse habitualmente, son convenciones que las personas realizan sin pensar mucho en ellas. Mientras que las costumbres son normas que las personas consideran vitales para su bienestar y para sus más preciados valores, tienen carácter obligatorio en los diferentes grupos sociales, es decir pautan la conducta. La diferencia entre los conceptos de tradición y costumbre es que los individuos en sociedad pueden omitir o prescindir de comportamientos tradicionales, por ejemplo, pueden dejar de celebrar el carnaval o de bautizar a sus hijos, sin que ello ocasione una fuerte reacción social en su contra. Al contrario la violación de una costumbre, en tanto que violenta el código valorativo de la sociedad, acarrea sanciones sociales que pueden ser informales, quitarle la palabra a alguien, por ejemplo, o recurrir a la ley para que se castigue al infractor. Una ley es una norma decretada y legitimada por un cuerpo político y reforzada por el poder del Estado, es el producto de la estandarización de las costumbres en una sociedad determinada, sin embargo la aplicación de la ley dependerá en cada sociedad de la organización valorativa alrededor de las acciones sociales. Es una norma social no matar y la ley castiga la infracción a esta norma pero establece diferencias con respecto a este hecho cuando se realiza para reguardar la propia vida o la de la familia, lo cual puede ser socialmente aceptable; mientras que el matricidio o el patricidio son considerados como ofensas graves al orden social y así lo contempla la ley castigando al trasgresor con mayor rigor.

Símbolos: Los símbolos constituyen en la cultura la base sobre la que se asienta la comprensión social. Accedemos a la realidad social a través de la lectura simbólica que realizamos de los diferentes componentes de la vida social; por ejemplo, un adorno corporal cualquiera, independientemente de lo sea, tiene como función social hablar de la persona que lo usa. Así, es corriente que creamos saber que tipo de persona es alguien a partir de la lectura simbólica de su indumentaria. En muchas sociedades este tipo de símbolos distinguen a las personas por género, por estado civil, por posición social etc. Los símbolos nos proporcionan el medio para entender los contenidos significativos en la sociedad. Se constituyen para los estudiosos de la cultura en una unidad de análisis, la suma de diferentes símbolos en una particular situación produce una “frase simbólica” que es posible traducir en entendimiento social. La comprensión simbólica de las sociedades nos acerca de manera segura a las formas de pensamiento de las personas, a sus creencias, ideas del mundo, valores, expectativas para el futuro, también a su historia, a la visión de sí mismos.
Los símbolos varían en la escala de significados que se les asignan. Un símbolo puede tener un significado en un grupo social y otro diferente en otro grupo social. Existe una infinidad de símbolos, variando de forma o procedencia. Una inflexión de voz, la manera de usar el lenguaje, pueden constituirse en símbolos al igual que un complicado suceso histórico, una canción infantil, un costoso reloj de oro, o la posición corporal en un momento específico.

Lengua: La lengua es un sistema de símbolos combinados, verbales o escritos, que expresan significados complejos. Es el primordial motor de la cultura al organizar la experiencia social de manera abstracta, de forma que podemos manejar el mundo sólo con la palabra. El lenguaje permite a la sociedad acumular significados y experiencias y pasar esta herencia cognoscitiva a las nuevas generaciones, proporcionándonos la oportunidad de aprender de las experiencias de otras personas. Podemos hablar del pasado o pensar el futuro; podemos imaginarnos dinosaurios y proyectos, por ejemplo; gracias a la posibilidad del lenguaje. Un análisis del lenguaje proporciona claves para el entendimiento social. Numerosos teóricos han abordado investigaciones a partir del lenguaje para entender las diferencias sociales, entre sociedades, entre clases sociales, entre posiciones sociales. También se le ha estudiado como una poderosa herramienta simbólica en el accionar social en tanto que puede ser usado para declarar actos (un prefecto o sacerdote puede declarar casada a una pareja de un momento para otro), identificar momentos importantes en la vida social con solo darle un nombre (El Caracaso, el 11F, el reafirmaso) desaparecer tradiciones o costumbres por desuso de expresiones, (lo que no se menciona no existe) o sencillamente cambiar creencias al variar los contenidos significativos de las palabras (pensemos el cambio que ha sufrido la significación de la palabra pecado en dos generaciones.) Aquí nos interesa desarrollar la reflexión sobre la importancia del lenguaje en la cultura.
Es a través del lenguaje que comprendemos la existencia, toda forma de conferir sentido, toda forma de entendimiento pertenece al dominio del lenguaje. A través de él nombramos, reconocemos, recordamos y producimos nuevas experiencias. El lenguaje define el mundo, crea realidades. Se dice que “el lenguaje genera el ser". Podemos afirmar que no habría cultura si no existiera el lenguaje. Incluso la organización de las formas materiales y no materiales de la cultura pueden constituirse en formas narrativas que pueden entenderse como formas de lenguaje, sucede así en el arte, la arquitectura, la moda, la gestualidad, los intereses sociales etc.
Conocimiento.- El conocimiento, como elemento de la cultura, es el cuerpo de hechos e información que las personas acumulan con el tiempo. Consiste parcialmente en información sobre procedimientos; tal y como las distintas formas de edificar una vivienda, calmar una fiebre, alegrar a una persona, manejar un automóvil o una computadora, construir una nave espacial etc.; también en información general sobre el mundo; cual es el día de la semana, quien fué Gandi, la necesidad de riego de una planta, como prevenir una enfermedad, etc.; así como de toda la información que procede del ámbito del desarrollo de las ciencias, las bases tecnológicas y las tecnologías de punta o las diferentes teorías de las disciplinas científicas. Las culturas cuentan con un acerbo inmenso de conocimientos que constituyen su riqueza cultural, sobre los conocimientos de un momento dado se acumula otra serie de conocimientos que se van generando por los procesos de cambio social. Las sociedades actuales tienen la posibilidad de acceder a nuevos conocimientos de manera acelerada. La principal fuente de nuevos conocimientos es la ciencia, la cual, al tener la posibilidad de almacenar una inmensa cantidad de datos por el desarrollo de la informática, potencia la generación de conocimientos a una velocidad que hace pocas décadas era difícil de imaginar. El mismo desarrollo de las telecomunicaciones hace también posible que se produzca un veloz intercambio de conocimientos, esto obliga a las sociedades a hacer uso de ellos, es decir a colectivizarlos, incluyéndolo como requerimiento en los diferentes ordenes de la vida social.

CONCEPTOS RELACIONADOS CON EL CONCEPTO DE CULTURA

Integración Cultural. La integración cultural es la armonía o por lo menos el respeto y no violación de los valores, tradiciones, costumbres, normas y leyes en la implementación de las acciones relacionadas con el orden social general, es decir, la adecuación entre los diferentes aspectos en la totalidad de la vida en sociedad. La integración cultural implica un uso de los recursos económicos y espirituales en conformidad con los más preciados valores generales de una sociedad. Por otra parte la integración cultural necesita de un proceso de adecuación institucional a los requerimientos de los cambios culturales siempre en sintonía con las formas de pensamiento, creencias, tradiciones y espíritu de las leyes de una determinada sociedad.

Contra cultura. La contra-cultura llamada también cultura alternativa, se expresa fundamentalmente como una forma de vivir, como un estilo cultural que rechaza y subvierte los valores establecidos. Lo contra-cultural es, o pretende ser, en esencia, una inversión de los valores claves de la sociedad en la que se da. Es una forma de rebeldía de algunos sectores sociales. También busca transformar el más íntimo sentido de nosotros mismos, de los otros y de todo le que nos rodea, como ocurrió en los años sesenta con el movimiento hippie, movimiento contracultural que se convirtió en la búsqueda de nuevos principio de la realidad que pudieran reemplazar la autoridad declinante de la ciencia y de las realidades impuestas por la industria. Lo contra-cultural es en muchos casos una recuperación de lo mágico y la búsqueda de una reunificación-retotalización no sólo del cuerpo y del espíritu; (la eterna búsqueda de re-unir lo sagrado y lo profano); sino que intenta el contacto con la humanidad, el mundo y el cosmos. El movimiento contra-cultural responde ante la competición, la jerarquía, las visiones dicotómicas, la separación entre los individuos por razones de religión, clases, países o razas; por lo contrario levanta banderas por el igualitarismo, la tolerancia, el compromiso ante el mundo, la inclusión. En muchos sentidos lo contracultural nace como una respuesta de la misma cultura ante situaciones de injusticia social y se evidencia en propuestas de valores diferentes y contrapuestos a los que tienen vigencia en la sociedad.

Etnocentrismo y relativismo cultural. Dos ideas contrapuestas.

En los últimos años y a consecuencia del incremento de los contactos entre diferentes culturas vuelven a surgir con gran ímpetu los debates entre relativistas culturales o integracionistas con los que promueven la idea de que debe producirse la adaptación del inmigrante a la cultura propia del país de acogida. Adaptarse completamente a una cultura diferente a la de origen conlleva a desprenderse de instituciones consideradas como "señas de identidad" de la cultura de origen. El debate es interesante porque a la vez que aclara los derechos de los individuos a vivir en su cultura, posición de los relativistas, pone sobre el tapete la imposibilidad de algunas culturas de soportar a su interior, algunas expresiones culturales que son juzgadas no apropiadas para la vida en modernidad, por ejemplo: la poligamia, el disco labial, la ablación del clítoris, la burka, la circuncisión, la pena de lapidación, el vudú, la institución de los maridos visitadores, la pena de mutilación, la vendetta, etc. Con esta discusión la vieja oposición entre relativismo y estnoecetrismo puede ampliarse desde los aspectos de orden teórico hacia aspectos de orden ético.
Para los fines de esta asignatura manejaremos las dos perspectivas; relativismo cultural y etnocentrismo, que surgen del contacto intercultural:

Relativismo cultural, término antropológico según el cual cada cultura es un sistema cerrado sobre sí mismo, equiparable moral y funcionalmente a cualquier otra. En ética, el relavismo supone que no es posible considerar algo que sea bueno o malo absolutamente; estas consideraciones siempre dependen de determinadas circunstancias de la acción social. El relativismo insiste en que cualquier elemento de cultura es relativo a un tiempo, a un lugar y a un conjunto de circunstancias particulares, es decir, que no es posible evaluar una cultura en términos éticos desde una posición diferente a la que brinda la propia cultura en referencia. La relatividad cultural fomenta la comprensión de los grupos y la tolerancia de sus prácticas. Según el relativismo cultural, solo es posible explicar una cultura desde sí misma.
Los elementos culturales de cada sociedad son un conjunto asentado por la historia y es ese proceso histórico el que le concede validez. Dicho de otro modo, el relativismo cultural otorga igual grado de complejidad y de racionalidad o irracionalidad a todas las culturas.
En la historia, el relativismo cultural surge como reacción al eurocentrismo colonialista, patente en algunos de los primeros etnógrafos y exploradores. Los estudiantes podrán referirse fácilmente a los procesos colonizadores en nuestro país o continente para ejemplificar lo que se quiere explicar, sin olvidar, so pena de caer también en etnocentrismo que aquellos primeros colonizadores, exploradores, o etnógrafos formaban parte de una forma cultural que mediatizaba su visión, como ocurre con la mayoría de los hombres en todas las etapas históricas. Hoy el relativismo sustenta una aproximación cultural más igualitaria, más respetuosa de las diferencias y más objetiva en su metodología, es decir en las maneras de acercarse al estudio de las culturas.

Etnocentrismo. En antropología el etnocentrismo es la creencia en la superioridad de la propia etnia. Es un hábito cultural que consiste en examinar a los demás grupos sociales desde el punto de vista de la propia cultura, dicho de otra manera la costumbre común de evaluar el comportamiento social no compartido desde las motivaciones valorativas propias. También podemos definir el etnocentrismo como la tendencia a considerar los modelos de la cultura propia como buenos y correctos, como medida para juzgar a los demás como incorrectos o bárbaros. Es esa precisamente la visión que tenían los conquistadores en la época colonial; se entendía el colonialismo, como el único modo a través del cual las culturas sometidas, situadas en la época del “salvajismo” o de la “barbarie”, podrían alcanzar, sin necesidad de que transcurrieran siglos o milenios, el estadio superior de la civilización europea. Las potencias coloniales hicieron del etnocentrismo un dogma y basaron en él brutalidad de la fuerza para imponer su lengua, su ley su religión.
En mayor o menor grado el etnocentrismo está presente en todas las sociedades humanas, recordemos el antiguo lema del pueblo Kariña: “solo nosotros somos gente”. Los pueblos en general se autoadjudican, en su gentilicio, una serie de calificativos positivos que hacen contrastar con la idea de los extraños que son considerados como bárbaros. Hasta los hombres cosmopolitas, ilustrados o modernos practican el etnocentrismo para reclamar su pertenencia a una supuesta cultura universal. Para la mayoría de las personas los valores de la cultura occidental (los valores científicos, los valores democráticos) serán los únicos valores que pueden ser aceptados y que deben ser ofrecidos a los demás pueblos.
Desde otro punto, de vista el etnocentrismo se convierte en los pueblos históricamente sojuzgados en un mecanismo de defensa frente a la conquista y la asimilación, de forma que el etnocentrismo puede promover el resguardo de la cultura en condiciones de opresión. En definitiva, la expresión popular etnocentrista es eterna, aunque, cada vez son más sancionadas socialmente las declaraciones de tipo etnocéntrico. Decir etnocentrista es hoy equivalente a decir intemperante, sectario, arcaico, prejuicioso, o racista.

domingo, 9 de enero de 2011

Carta al niño Jesús

Profa. Graciela Acevedo.

El apego a los valores sociales rige nuestra vida. La búsqueda de la verdad, la libertad, el progreso, el bien social, el respeto al otro, la igualdad, la generosidad, el amor, la sencillez, la esperanza por la llegada de mejores tiempos y el trabajo -consistente con esa espera- son algunos de los valores colectivos más importantes.
Son valores trascendentes que parecen propios de la condición humana por su generalidad y persistencia en el tiempo, pero cuando los observamos detenidamente hallamos en ellos un origen religioso preciso: son ideas ligadas al cristianismo, como forma de vida, y se constituyeron universales con la expansión de los símbolos asociados a Jesús de Nazaret.
La radicación profunda de los valores cristianos desarrolla en diferentes actividades de la cotidianidad un rasgo que subyace en los comportamientos, la espera de la Parusía, es decir, la espera del regreso de Mesías, el salvador que resolverá, de una vez por todas, las inquietudes tanto del corazón como del cuerpo.
Alimentamos la imaginación de nuestras niñas con las fábulas esperanzadoras del príncipe azul que las conducirá a un reinado feliz; jugamos la lotería que nos resolverá la carencia y la soledad; declaramos (aunque no las practiquemos) la sencillez y la igualdad como patrón de vida; votamos por líderes esperando de ellos el comportamiento mesiánico por excelencia: recomponer nuestra sociedad a un estado original donde la abominable diferencia sea execrada. Como dijimos antes, con la llegada del Mesías (o su representación) todas las diferencias serán saldadas, la maldad abolida y el paraíso reconquistado.
Nada tiene de malo soñar con el paraíso, pero existen aspectos negativos en las esperas mesiánicas; por ello es necesario repensar lo tradicional para construir el futuro. Por ejemplo, en el anhelo por el que vendrá se disipa la construcción del propio destino, dejando esta labor en la voluntad del otro, con lo que se nubla la percepción del tiempo y se pierden de vista los fines de la propia vida.
De igual manera, asociada a la espera del tiempo feliz, existe la creencia de una batalla necesaria al restablecimiento del bien, la lucha del bien contra el mal, en la que el bien, a quien “nosotros” siempre representamos, vencerá y reinará largos años sobre la tierra. Esta esperanza, de origen religioso, es fácilmente trocable en política y ha sido utilizada como motivo proselitista por mentalidades totalitarias. Hitler, insignia de inmolación, prometió gobernar mil años, León Trotzki ofreció, como incentivo al socialismo, crear en este mundo “un paraíso real”. La llegada del bien debe estar, en religión como en política, precedida de una catástrofe final. En religión la hecatombe es simbólica: la lucha contra el anticristo. En política el lugar simbólico del diferente es ocupado por otros humanos. El enfrentamiento es real: debe correr (como ha corrido en la historia) la sangre.
Parece necesario vivir luchando por la paz. En estas navidades ello implica aferrarnos al poder cultural de la simbología cristiana para oponernos al poder de facto con el que se ejerce la violencia política en nuestro momento, intentando modificar nuestra forma de vida. No hace falta ser muy religioso para ello. Podemos remitirnos a la inocencia infantil, al asombro adolescente, a la ilusión por la que se vive la vida adulta, a la necesidad de la seguridad en la vejez.
Haciendo uso de mi legado cultural en esta navidad escribiré mi carta al niño Jesús. En ella le solicitaré, como regalo, que nos permita continuar la búsqueda de un país respetuoso de las personas y de sus iniciativas, de las diferencias, igualitario en la oportunidad, progresista, libre, alegre y, por sobre todo, le pediré que nos quite los estorbos para pensar el futuro. Como sé que tal don no se puede envolver como un obsequio, le solicitaré que, como señal, alguien me regale unos lindos zarcillos. Cuando los reciba sabré que mi pedido se cumplirá.