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Un lugar para recibir y compartir visiones. La sociología tiene la tarea de conjugar en una sola mirada, la sociológica, el espectro inmenso de las apreciaciones sobre lo cultural. Aunque la mirada de un sociólogo es personal su obligación histórica es considerar lo múltiple y diverso, asignándole pertinencia y un sentido humano.

jueves, 25 de noviembre de 2010

La experiencia del error

LA EXPERIENCIA DEL ERROR
Profa. Graciela Acevedo
Las personas normales viven de manera muy diferente entre sí la experiencia del error; algunos reaccionan con cautela, otros insisten en sus actitudes como si presintieran que en la perseverancia de la disposición encontrarán una verdad destinada a ser revelada; otros viven la experiencia del error como el logro de una convicción que no necesita ser discutida más. A pocos nos gusta reconocer la equivocación, pues, para la sabiduría general ésta aparece reñida con la verdad.
Sin embargo, toda vida está llena de innumerables equivocaciones. Cuando nos caemos al empezar a caminar es porque tomamos, a tan corta edad, una decisión equivocada. El golpe sufrido puede ser doloroso, pero es necesario para el aprendizaje. Este ejemplo puede generalizarse para muchos aspectos de la vida, particular y social. La metáfora del golpe doloroso traduce a nivel global lo que se denomina, en el campo de las ciencias de lo humano, crisis sociales. El ámbito político es uno de los órdenes de la vida social donde con mayor frecuencia se vive la crisis como producto de equivocaciones particulares y colectivas.
Los estudiosos dedican muchas horas a establecer las causas y a sistematizar las consecuencias de las crisis políticas, en aras de constituir un conocimiento que sirva como base para el desarrollo futuro de la humanidad, entendiendo, como mantuvo el antropólogo estructuralista Claude Lévi-Strauss, que la humanidad es la misma en todas partes. El pensamiento científico ha dado poderosas razones para hacer pensar que las equivocaciones, privadas y colectivas, pueden servir, cuando se conoce la psicología social y la historia, como punto de referencia para enderezar rumbos sociales discordantes con el sentido teleológico de la humanidad.
Edmund Husserl, filósofo y matemático, fundador de la fenomenología como forma de comprensión social, dictó una importante conferencia en la ciudad de Viena en mayo de 1935 (en el período entre las dos guerras mundiales y cuando Hitler exhibía un poder ilimitado), que fue concebida como posición particular ante el avance del nacionalsocialismo –o nazismo–, el cual estaba produciendo lo que el estudioso llamó “la enfermedad europea”. Accedemos a los contenidos de esa conferencia a través de un texto titulado “La Crisis de la Humanidad Europea”; en este escrito, donde no se menciona ni una sola vez a Hitler, Husserl advierte que el estado de deshumanización que vive Europa se debe a un derrotero de las ciencias humanas por caminos extraviados y que la solución debería partir de los mismos científicos para reconducirla y llevarla hacia la consideración de lo humano; insiste, además, en la necesidad del conocimiento humanista como única posibilidad para aclarar la vía, el sentido, del progreso. En la reflexión husserliana subyace la idea de la equivocación de las ciencias humanas, fundadas hasta ahora en el objetivismo propio de las ciencias naturales, como impedimento para recuperar el sentido teleológico de la civilización europea, heredera de los fines últimos de la filosofía griega. La pérdida del norte cultural, en los convulsos momentos de inicios de la segunda guerra mundial, hacían que el filósofo previera situaciones catastróficas.
Algunas equivocaciones no son de tan difícil análisis, ni necesitan de un genio de la filosofía para revelar que igualmente pueden llevar a consecuencias desastrosas. Son equivocaciones precisas, puntuales, muy fáciles de ubicar en el tiempo. Un matrimonio precipitado, la elección irreflexiva de una carrera, un voto otorgado con el disparo de una emoción, impulsado por un deseo acariciado largamente, son ejemplos de equivocaciones muy comunes.
En las sociedades modernas las equivocaciones pueden corregirse al concientizarse el error; por ello se ha estatuido el divorcio, los estudiantes pueden cambiar de carrera o enderezar el rumbo profesional con un posgrado, los mandatos no merecidos pueden ser revocados o sustituidos. Hablo de sociedades donde sus dirigentes o representantes, o la población moderna (preparada, estudiada, informada) toman los conocimientos (universalmente apropiados) acumulados por la ciencia (los que nacen a partir de terribles equivocaciones, de la brutalidad, y los que nacen como producto de la inteligencia humana) y los ponen a disposición de todos los miembros de ese grupo social, organizando de esa manera un porvenir compatible con el desarrollo histórico global. Y la experiencia del error se guarda como un tesoro incalculable, sin el cual no puede pensarse adecuadamente el futuro.

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