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Cumaná, Estado Sucre, Venezuela
Un lugar para recibir y compartir visiones. La sociología tiene la tarea de conjugar en una sola mirada, la sociológica, el espectro inmenso de las apreciaciones sobre lo cultural. Aunque la mirada de un sociólogo es personal su obligación histórica es considerar lo múltiple y diverso, asignándole pertinencia y un sentido humano.

jueves, 11 de julio de 2013

El extravío como estrategia

 
 La mejor manera de extraviar a alguien es hacerle perder las referencias; por eso en el infantil juego de la gallinita ciega tapan nuestros ojos con una venda bien apretada y así, impedidos de mirar, nos hacen perder la orientación, dándonos vueltas, llevándonos de un lugar a otro, ensordeciéndonos, mientras el otro, la masa burlona, goza viéndonos desorientados, yendo de un lado a otro mientras extendemos nuestros brazos, tanteando para encontrar un punto de apoyo, la referencia necesaria para hallar “lo que se nos ha perdido”.
¿Que tiene que ver este inocente juego con las estrategias implementadas por el gobierno nacional en relación al trato que le está dando a la crisis universitaria? Respondo inmediatamente: ¡todo!
El gobierno nacional quiere extraviar lo universitario borrando las referencias, borrando la historia de la institucionalidad universitaria, desconociendo reglamentos y leyes, apretando nuestros sentidos con sueldos de humillación, mareándonos con ofrecimientos dignos de la comparación “perlas por espejitos de colores” o la del “paquete chileno”, amenazándonos con la perdición en el mar de los desempleados, azuzando a los estudiantes contra sus profesores; mientras goza (masa burlista) con ese gozo que solo puede producirse en la ignorancia más vasta, absurdo gozo éste donde el ignorante pretende torcer la vía del que conoce, apareciendo como salvador.
Con la Convención Colectiva Única el gobierno intenta descaminarnos haciéndonos discutir sobre cifras, bonos, beneficios, primas, planes de vivienda, de vehículos, controles estadales y sociales, responsabilidades que tendría que asumir como Estado y que nos endilga, becas, ayudas, etc. Pretende el régimen desviar, con un mamotreto que quiere imponer por vía de facto, nuestra atención, para distraernos de lo verdaderamente importante, la obligación de defender, ante un ataque sistemático, la universidad, la casa de la ciencia.
Olvida el gobierno que los docentes tenemos certeza sobre la idea y la función de la universidad. La Universidad recoge, desde hace siglos, a las comunidades que se nutren con los intereses espirituales de profesores y estudiantes dirigidos por la búsqueda de la verdad y de otros valores trascendentales (entre los que resalta la libertad, que tiene una expresión en la autonomía universitaria). No necesitamos más referencia que esta, estatuida, por lo demás, en nuestra Constitución y en nuestra Ley de Universidades.
Verdad, ciencia (universalidad) y libertad son puntos de referencia del ser universitario, y con esas palabras, convertidas en valores, se pueden nutrir los contenidos programáticos de todas las clases universitarias. Por eso cuando mis estudiantes me preguntan: “¿Profe, cuándo tendremos clases?”, siempre estoy tentada de responderles: “Cuando me garanticen que daré una clase para universitarios, es decir, cuando pueda enseñar mi ciencia, de acuerdo a condiciones de universalidad, sin tener que sofocar mi verdad, es decir, en libertad.
Otra labor de lo universitario, de los universitarios, es formar a los que superarán a los estrategas ineptos, por el bien de las naciones. 


Graciela Acevedo